miércoles, 21 de marzo de 2007

CULTO A SCARLETT JOHANSSON. La nueva religión.

No suelo ser mitómano. Ultimamente no pierdo las bragas por nadie, como a veces sucedía en mi tierna juventud. La verdad es que paso bastante de la mayoría de actrices a las que se declara " de moda" y que pasan sin pena ni gloria por revistas para hombres, cintas de mayor o menor valía, matrimonios con industriales o empresarios y una madurez con altibajos con partos, divorcios y escándalos varios.

Hace tiempo que, hablando mal, no me "enchochaba" con una intérprete. Pero claro, nadie es perfecto, y yo me declaro loquito por los huesos de la Johansson, que es un apellido sueco que significa "hijo/a de Johan". ¿Será por eso? ¿Tendrá algo que ver en esta atracción que palpita en mi interior con el hecho de mi nacimiento en el país escandinavo?

No, no creo. Johansson es todo un icono de belleza sublimada. Un torpeeedo sesuarl, que diría Chiquito de la Calzá. Tiene cara de niña y cuerpo de mujer, de muy mujer, nada de anorexias ni tonterías. Unos labios, unos ojos, unos, unos...

Resulta que Woody Allen realizará un film en Barcelona y quiere que la actriz Scarlett Johansson, que se ha convertido (normal, Woody, yo también lo intentaría, ¡animo!) en la nueva musa del director neoyorquino, se sume al reparto de la película encabezado por los actores españoles Penélope Cruz y Javier Bardem.

Parece que ya se ha confirmado este punto, así que estoy preparando ya una peregrinación a la Ciudad Condal para ir a adorar a la nueva Diosa. Allí la recibiremos al bajar del avión entre hosannas, arrojaremos ramas de palma y olivo a su paso y los niños le cantarán llamándola descendiente de David el Soberano. Yo quiero ser su ministro en la Tierra, su Papa, Rabí, Dalai, o lo que quiera ella.

Diosa de las turgencias, protégenos y recíbenos en tu pecho, que no es poco.

2 comentarios:

Lucía dijo...

pfff vaya gusto el tuyo...

Anónimo dijo...

Vaya pues yo estoy de acuerdo con jaime, podrías ser cualquier exuberante rubia de bote pero tiene algo más, mucho más, ... en películas con LOST IN TRANSLATION nos dejaba detalles de un encanto nada pretencioso y sí muy íntimo, embaucador sin pretenderlo. pufff