martes, 28 de junio de 2011

PATERNIDAD Y BUROCRACIA BÁLTICA


Mi hijo ha nacido y hoy, cuando ya tiene una semana, nos acercamos alegremente al registro en Käina para que oficialmente deje de ser un serie de números y se convierta en ciudadano con nombre y apellido.

La funcionaria nos vierte un metafórico jarro de agua fría por lac abeza cuando nos dice que para el registro necesitan un certificado (mío) de nacimiento, literal y apostillado.

Volvemos a la casa y no tengo muy claro qué quiere la señora (o la República de Estonia), así que llamo a la Embajada Española en Tallinn y ellos no lo pueden emitir "aunque en otras embajadas, sí que lo hacen". Vaya...mala pata.

Bueno, pienso, tendré que llamar a mi padre y pedirle que vaya al Registro Civil de Málaga y lo pida.

Mis hermanos cybernautas hacen simultaneamente una investigación en la red y se encuentran con que, al haber nacido yo en Suecia, mi certificado de nacimiento está en el central de Madrid, con lo que pueden tardar hasta SEIS MESES en entregárlo. Una amiga en el mismo caso que el mío (nacida en Suecia) me cuenta que a ella le tardó un mes. Tuvo suerte.


Resulta que según la ley estonia, solo tenemos un mes para registrar a nuestro retoño, lo cual me deja un poco alucinando. ¿No saben en Estonia de la lentitud de las burocracias mediterraneas?

Al no estar registrado el niño, no nos hacen ingreso de la paga por maternidad que el estado estonio por un lado y el condado por otro, le dan a la madre. Ni los 20€ que le darán mensualmente por el niño hasta la mayoría de edad. Además, hasta que no lo registremos no le pasan el "salario de maternidad" de 15 meses.

La funcionaria nos dijo que con el documento, bastaba, que no hacía falta que estuviese traducido, pero en la web del Ministerio del Interior estonio dice que todos los documentos tienen que estar traducidos...

Curiosamente,
la República de Estonia no me ha pedido nunca este certificado para darme la tarjeta de residencia ni para retenerme religiosamente el porcentaje de mi salario correspondiente a impuestos...


PD: La Embajada de España en Tallinn solo solicita para el registro del niño los documentos de identidad de los padres, los del nacimiento del niño y rellenar un formulario que te entregan allí mismo.



jueves, 16 de junio de 2011

COMO DESCIFRAR EL MANUSCRITO VOYNICH (Para principiantes)


Durante siglos, este extraño texto ha vuelto locos a los lingüistas e historiadores de medio mundo. ¿Lengua muerta, creada ad hoc, sanscrito al revés, atlante, claves alquímicas, mensajes extraterrestres...?

La solución, por fín: aquí.


lunes, 13 de junio de 2011

CUENTOS DE HADAS DE ESTONIA

Hace unos días encontré en la Biblioteca de Kärdla un libro de cuentos de hadas estonios en inglés. Junto con otro interesante volúmen del que hablaré en otro post, lo saqué de allí, convirtiéndome en el primer español registrado como lector en la Historia de esta biblioteca.

El libro es un ejemplo de la desbordante imaginación de este pueblo ugrofinés, con molinos de grano que trabajan solos, reinos subterráneos, sirenas que secuestran princesas o espejos que te vuelven a hacer jóven.

Un cuento me sorprendió en especial. Era el de una hija adoptiva que era obligada a trabajar en una sauna ayudando a limpiar a sus familiares, y ella era la última en disfrutar del calor y la humedad. Una cenicienta a lo báltico. Una buena noche el Diablo, con su mujer y dos hijos, llegan a la sauna y le dicen a la pobre que salga, que se tiene que casar con su hijo mayor.

La chica se las ingenia para pedir una serie de regalos imposibles como dote al Diablo, que uno a uno se los va concediendo a pesar del empeño que la chica pone en ser creativa y en pedir cosas extravagantes como un cinto de oro, el salto de un gato o la saliva de un pez.

Al final el Diablo la casa con su hijo y se la lleva al infierno por toda la eternidad.

¿Moraleja? No juegues con el Diablo o acabarás muy jodida. Interpreto.

miércoles, 8 de junio de 2011

SUBMARINOS EN MI PLAYA (DE HIIUMAA)

He descubierto cabalgando las olas digitales que las playas de la islita donde vivo (Hiiumaa), guardan algunos pecios curiosos.

Puedes ver el lugar donde se encuentra el primero incluso con el Google Earth. Es el U-144, un submarino alemán (U-boot) de la clase IID, un modelo diseñado para misiones costeras, que fue hundido el 10 de agosto de 1941 al ser torpeteado por el submarino soviético SC-307. Toda la tripulación, 23 hombres, descansa en su ataud de acero.


El segundo barco es otro submarino, en este caso británico. El E-18 desapareció misteriosamente en Mayo de 1916, en plena I Guerra Mundial, cuando operaba desde el puerto de Tallinn (entonces Reval) y fue solo descubierto, la friolera de 93 años después, en 2009.

Los especialistas que han analizado los restos de la nave han dictaminado que fel E-18 fue hundido por el impacto contra una mina, cuando navegaba en superficie. No hubo supervivientes.

Ahora recomendaré a las autoridades de la isla que coloquen unas plaquitas y hagan un folleto sobre los pecios de Hiiumaa para atraer a turistas británicos y germanos, tampoco tienen que comprar unas copias de los barcos en fibra de carbono, digo yo

¿Alguien se anima a venir para crear unas rutas de buceo en verano?

sábado, 4 de junio de 2011

ELEVATION



He volado dos veces en tres días a bordo de un pequeño turbohélice Handley Page de la compañía estonia Avies, que por lo visto utilizó una vez John Travolta. La compañía, no el turbohélice.

Lo he hecho para acudir, desde mi refugio en la feérica isla de Hiiumaa, a una "entrevista de trabajo" en el aeropuerto de la capital báltica.


El vuelo, de treinta minutos, sale en menos de 20€. En autobús, y cuatro horas de viaje, son unos 15€.

El minibus que te lleva hasta el hangar es casi más grande que el avión, construido por una mítica compañía aeronáutica británica que también fabricó algunos de los bombarderos que machacaron la Alemania hitleriana.



Aquí podeis verme en el interior del ruidoso aparato.

El HP no tiene mascarillas de óxigeno en la parte superior, solo un flotador de cabeza de patito debajo del asiento y punto. Y una triste azafata que nos hace su monólogo sobre la seguridad a bordo en estonio y luego reparte caramelos. Ideal, oiga.

Tras el vuelo de media horita, salir de la terminal principal y llegar al edificio donde se realiza la entrevista, me doy de lleno en la sala donde esta se celebra con un grupo de rubias valkirias dispuestas a batirse conmigo para conseguir uno de los cuatro puestos de trabajo que se ofertan.

El ejercicio consiste en que trabajemos en grupo para traducir una serie de frases y enfrentarnos a problemas de este calado:

"Hay dos ancianos gritando por no encontrar sus maletas, ¿qué haces?"

"Les pongo Interecoñomía y se calman" Pienso.

O...

"Diez personas llegan al aeropuerto después de comprar alcohol que no pueden pasar por seguridad. Qué haces con ellos?"

"Les digo que donen todo a la fundación Jaime Noguera" Pienso.

El ejercicio final es uno tipo imitar que al micro tenemos que informar: "Señores pasajeros con destino Albacete, embarquen por la puerta cinco".

Mi sueño de infancia. ¡Qué ilusión!

Europa no quiere nuestros pepinos, pero sí nuestros funcionarios jubilados con ganas de viajar y billetitos de la Moneda Único en la cartera de poli-piel. ¿En qué crucero viajarán los jubilados sin pensión de la Generación Indignada?

Al día siguiente me confirman la oferta. Soy uno de los cuatro fantásticos. Cinco días de trabajo repartidos hasta septiembre, asistiendo a los cruceristas españoles que visitan la ciudad antes de volver a España. No es mucho dinero, pero es dinero para pagar pañales ugrofineses y potitos hanseáticos.

Ya contaré como me fue el día que tuve que bregar con 600 turistas españoles que sno quieren quitarse el cinturón en Seguridad, pero sí pisar cabezas para pillar buen asiento en el avión.