El avión que cubre el trayecto entre Kolymá y Norilsk sobrevuela durante más de tres horas la Siberia del Norte. Era un mediodía soleado, con un aire tan transparente y luminoso que producía el efecto de una gran ampliación fotografica: me daba la impresión de mirar la tierra a través de una lente de aumento.
Abajo, hasta donde alcanza la vista, no se ven más que extensiones blancas, un blanco absoluto (...)
Entre Norilsk y Moscú se extiende la cadena de los Urales. Durante el vuelo por encima de estas montañas se produce el cambio de estación. Hasta ahora el invierno era omnipresente, mientras que a partir del momento en que se dejan atrás los picos de los Urales se entra de cabeza en la primavera. La tierra recupera su color gris ocre, natural para esta zona, los lechos de los ríos se llenan de plata líquida, aquí y allá aparecen macizos de verde claro. Aún están por llegar unas cuanta ciudades, el Volga, bosques y más bosques, y tras ellos, Moscú.
Abajo, hasta donde alcanza la vista, no se ven más que extensiones blancas, un blanco absoluto (...)
Entre Norilsk y Moscú se extiende la cadena de los Urales. Durante el vuelo por encima de estas montañas se produce el cambio de estación. Hasta ahora el invierno era omnipresente, mientras que a partir del momento en que se dejan atrás los picos de los Urales se entra de cabeza en la primavera. La tierra recupera su color gris ocre, natural para esta zona, los lechos de los ríos se llenan de plata líquida, aquí y allá aparecen macizos de verde claro. Aún están por llegar unas cuanta ciudades, el Volga, bosques y más bosques, y tras ellos, Moscú.
2 comentarios:
Y yo preocupado por el cambio climático...
Te encuentras más allá de un proceso de seducción por lo ruso... te encuentras en un proceso de abducción.
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