sábado, 28 de abril de 2007

MOVIDA EN TURQUÍA. El ejército le saca brillo al sable.

Extensión del Imperio Turco en 1683.

El debate sobre la posible entrada de Turquía, tradicional enemigo de occidente durante siglos (¡remember Lepanto!), en la UE, siempre me ha parecido apasionante. Ayer noche el ejército de la nación inventora del donner kebab se pronunció a través de internet (deus ex machina) en contra de la entrada de un nuevo gobierno de corte islamista en el país. Según aparece en este comunicado, y en alusión a la candidatura a la jefatura del Estado del actual ministro de Exteriores, Abdulá Gül, (un islamista moderado, pero islamista al fin y al cabo) las Fuerzas Armadas turcas observan la situación con preocupación y recuerdan que intervienen decisivamente en la defensa del laicismo y que en caso de ser necesario, el ejército dejará claro su postura y su proceder.

Armagan Kologlu, un general retirado, comentó a un canal televisivo que ésta es una muy clara advertencia, que le recuerda al golpe de estado posmoderno de 1997 y que las intervenciones religiosas en asuntos de Estado y el actual proceso electoral han agotado la paciencia del Ejército.

Bueno, me imagino que estamos todos de acuerdo con el ejército turco, ¿no? ¿Podría un país con 70 millones de habitantes entrar en la Unión Europea con un gobierno islamista? ¿Qué leches hace entonces el responsable de la ampliación de la UE, Olli Rehn, advirtiendo al ejército turco de mantenerse alejado de los asuntos políticos? ¿Es un doble juego? ¿Le da esperanzas la Unión a Turquía y luego asfixian el sistema secular de esta país para impedir así la adhesión?

¡Si Kemal Ataturk levantase la cabeza!

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