jueves, 15 de enero de 2009

SANTA LUCÍA. Día 1

Mi zeligato surgió de mi desarraigo. Es la conclusión a la que he llegado después de que unos ciclistas me preguntasen en la terraza del bar Guatatiboa "si por las cumbre hay nieve".
Uno de ellos se recuperraba de un tirón en la pantorrilla. Iban vestidos de colores chillones, rojos, amarillos y azules, que contrastaban con el día gris, de nubes bajas que acariciaban las cumbres.
Yo tomaba un áspero, arboreo café canario. Delicioso, de sabor inconfundible. El sabor de los veranos de mi infancia es el de ese café, el pan con matalauva y el de los besos de tabaco negro de mi abuelo Pepe.
Les he dicho, y me ha salido de dentro, sin pensar: "No se, yo es que ayer llegué de la península"
Reflexiono luego, en otro buche lleno de niñez, que no he dicho "no soy de aquí" ni "no soy canario". De hecho, si mi madre es canaria, debo serlo en un 50%. Pero me he referido al lugar donde vivo como "la península", un término utilizado por los canarios para referirse al territorio continental español.
Nacer en Suecia y no ser sueco, vivir años en canarias y no serlo tampoco. Luego venir a Málaga y no sentirme fuengiroleño, ni torremolinense, lugares en los que tambien he vivido durante años. Una luz me ha iluminado por dentro, ya sé lo que despertó mi gen camaleónico.
Solo por esto, el viaje ya ha valido la pena.
PD: Otro momento maravilloso.
Yo caminaba entre las pencas camino de la panadería de Alfonso. Algo ha pasado, un relámpago vivo, junto a mí. Algo que se movía con un ímpetu desarticulado, casi evanescente, que caminaba entre dos mundos. Una persona.
Al verlo por detrás y aunque no lo hacía desde hace tres años, le he reconocido. B es un inofensivo enfermo de esquizofrenia, lo que antes se conocía como "tonto del pueblo".
Grité su nombre, él se dio la vuelta y gritó, reconocíendome, el mío al instante, con esa voz que tenemos al despertar.
Se ha acercado, me ha abrazado y dado dos besos. Le he preguntado como estaba. El me ha dicho, alegre y sonriente, "depresivo", se ha dado la vuelta, y salido corriendo, atravesando las cañas y las tablas de madera que limitaban el sendero.
Por un breve segundo, he tenido la certeza de que se trataba de un fauno.

7 comentarios:

El Porquero de Agamenón dijo...

Señor Noguera:
I-Muy interesante reflexión acerca de su incuestionable zeligato y más teniendo en cuenta que la patria está en la infancia.
II-POr si le sirve de consuelo,la última vez que estuve en mi tierra nutricia,me dediqué como loco a coger bellotas.
III-Que se lo pase usted muy bien.
El porquero.

Unknown dijo...

Magnífica crónica.

Reflexión 1: Los tontos del pueblo no son tontos. Los tontos son los pueblos.


Reflexión 2: Eres un producto de la globalización. Un exotismo suecocanario. Claro que tu padre no es sueco, sólo tu patria. Viva la madre que te patrió.

Atralla dijo...

Como decía Rick Blaine: "Ciudadano del mundo".

Stultifer dijo...

¿Todos los ciclistas son gays?

Erin Neises dijo...

ohh q bonito!! Espero que disfrutes mucho tus vacaciones y vengas renovado :) mañana te llamaré sobre las ocho oks? q es cuando me sale más barato :P

un besote

Lucía dijo...

no te emociones jajaja

ops... esa era yo... que no me acordaba que mi amiga Erin había cogido el pc y no había salido de su sesión... :(

Jaime Noguera dijo...

Porquero:

Me dedicaría a coger almendras, pero hace mucho frío.

Rabieo:

Cierto lo de los tontos. Esta tarde voy a tomar un café con él. Esta mañana le he hecho un bocadillo de mortadela cuando nos ha venido a visitar.

Atralla:

De todos los mundos.

Stultifer:

Me has dejado en duda...¿Ha sido eso?

Erin:

Mmmmm...

Lucía:

Vaya, hombre! Que chafada! Jajaja. ¿Llamarme? ¿Por?