Esta niña con cara de haberle dado un pasmo es la insoportablemente pastelosa niña moribunda de Camino, la última película de Javier Fesser. El domingo fuí a ver la película y me gustó mucho, sobre todo por la caña que le da al Opus Dei y, por relación, a todos los fanatismos religiosos. Además, los cuentos de Fesser, por estética y narración siempre me dejan satisfecho.
Me acordé de mis años en el Colegio El Romeral, un centro controlado por el Opus Dei donde había misa todos los miércoles y se nos animaba a confesar cada dos por tres. Los castigo corporales no eran extraños y recuerdo especialmente a un profe bajito, del que se rumoreaba que era ex-cura, Don Miguel, que sembraba el pánico entre los niños problemáticos con su vara de cerezo.
En otra ocasión, Don Juan, el profesor de gimnasia y dibujo técnico le pegó una leche a un chico y le llamó maricona porque no había hecho bien el salto de longitud. También eran normales las marchas alrededor del cole para "desfogarnos", que yo con mi sobrepeso odiaba profundamente.
Otro recuerdo que conservo es el de la preocupación de los curas y tutores por lo que hacíamos con el pene en nuestro tiempo libre. "Es para mear, ehh, no para jugar", me dijo Don Paco una vez en tutoría.
Allí me hice ateo, comunista y creo que emprendí la senda de la rebeldía. El camino de Fesser.
Me acordé de mis años en el Colegio El Romeral, un centro controlado por el Opus Dei donde había misa todos los miércoles y se nos animaba a confesar cada dos por tres. Los castigo corporales no eran extraños y recuerdo especialmente a un profe bajito, del que se rumoreaba que era ex-cura, Don Miguel, que sembraba el pánico entre los niños problemáticos con su vara de cerezo.
En otra ocasión, Don Juan, el profesor de gimnasia y dibujo técnico le pegó una leche a un chico y le llamó maricona porque no había hecho bien el salto de longitud. También eran normales las marchas alrededor del cole para "desfogarnos", que yo con mi sobrepeso odiaba profundamente.
Otro recuerdo que conservo es el de la preocupación de los curas y tutores por lo que hacíamos con el pene en nuestro tiempo libre. "Es para mear, ehh, no para jugar", me dijo Don Paco una vez en tutoría.
Allí me hice ateo, comunista y creo que emprendí la senda de la rebeldía. El camino de Fesser.
7 comentarios:
Jamás me contaron el cuento de la Cenicienta con más lágrimas, más odio, más hermanastras y más malvada madre. Pero un tostón de los grandes.
la verdad es que fui porque actuaba una amiga y sali depresiva total!!!
que dramon!!! eso si sale aun mas atea!!!
pasaba por aqui...
stultifer:
Tú, que te aburres muy facilmente.
en las nubes:
¿Quien era tu amiga la que actuaba? A mi me pone mucho la hermana mayor.
¿?¿?¿?¿?
te pone no?? así lo tendrías pa que tu profe te regañara tanto...
Lucía Duque:
Mi profe no me lo veía, y no me regañaba, me preguntaba.
Y sí, Manuela Vellés me pone bastante.
Pues a mí me encantó la peli, y sí que es verdad que sales mucho más ateo de lo que entras.
Un saludo, y perdon por entrar sin llamar.
arguifonte:
encantado, entre usted, entre.
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