UN TRAVESTI EN GUADALIX. La que se avecina en la casa de Gran Hermano.

No he visto el programa, pero evidentemente en las cafeterías de España hoy en día el tema principal de conversación no es Ronaldinho ni la subida del IPC ni la multa que le van a colar a la escudería McLaren.

Tengo curiosidad por verlo, y es que esto es lo que buscan los hipócritas y falsarios responsables del programa rey de la parrilla amiga, que la gente se pegue al televisor.

Me cuesta creerme que siete tíos hechos y derechos no reconozcan a otro más entre ellos, por mucho maquillaje que lleve. La que se puede líar es menuda, sobre todo entre aquellos que (creo que son todos) llevan desde el principio metiéndole cuello a Amor, que menudito nombre... ¡La cara que se les pude quedar! ¡Me imagino a los colegas de su barrio descojonaos ante el televisor! Vamos, que me veo al musulmán de esta edición saliendo por patas o haciéndole una fatwa al pobre travestido.

Yo juego con ventaja, he fisto la foto y al segundo me he dicho "neng, que esto es un tío...". Y no es la primera vez que me pasa. En una ocasión, en un supermercado, mi padre flipaba con una rubia y una morena macizas que iban haciendo la compra, hasta me dió un codazo. Tras cinco segundos de observación sentencié: son travelos. Tienen nuez, y uno va mal afeitado. A mi padre casi le da algo. Bueno, mi padre también creía al principio que La Veneno era una tia. Cosas de la edad, me imagino, que empeora la vista.

Mi último reconocimiento fue en Estocolmo, en la seguridad social, pero era fácil, paracían camioneros con peluca y tenían una voz que ni el Barry White con catarro.

En fín, en la próxima edición que metan a un skin head y a un senegalés cachas, a un etarra y a un concejal del PP, o a un coprófago con un cucharón en la mano, ya, por morbo...¡a calzón quitado!

Por cierto...¿incluirá Amor compresa o tampax en su bolsa de la compra para no revelar que tiene unos centímetros más de carne que sus compañeras y quizás que alguno de sus compañeros?