Ayer estuve con Patrick, Kalle y Oscar en el Museo de Tanques de Axvall, a más de tres horas en coche de Estocolmo. Estaba más cerca de Gotemburgo que de la capital, pero el viaje valió la pena.
Disfruté como un enano recorriendo las distintas salas, con cientos de carros de combate checos, rusos, americanos, ingleses, alemanes y suecos, por supuesto.
De hecho uno se puede subir a los tanques, recolgarse de ellos...claro, son vehículos acorazados. ¿Qué se va a romper en este museo?
Había tanques hasta en la sopa. Yo también quiero uno así en mi jardín.
Ayer estuve con Patrick, Kalle y Oscar en el Museo de Tanques de Axvall, a más de tres horas en coche de Estocolmo. Estaba más cerca de Gotemburgo que de la capital, pero el viaje valió la pena.
Disfruté como un enano recorriendo las distintas salas, con cientos de carros de combate checos, rusos, americanos, ingleses, alemanes y suecos, por supuesto.
De hecho uno se puede subir a los tanques, recolgarse de ellos...claro, son vehículos acorazados. ¿Qué se va a romper en este museo?
Había tanques hasta en la sopa. Yo también quiero uno así en mi jardín.
4 comentarios:
Terral, 40 grados, sol, calor... contra tus tanques
El interior de uno de ellos debe ser como un horno si lo pones aquí. ¿No hubo un inglés loco que se puso a circular con un tanque por un pueblo de Málaga?
Aquí llueve, hace frío y llevo chaqueta . Me encanta.
Chulizimo
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