Podría ser. Mañana vuelo desde Estocolmo a la capital rusa, con la carismática Aeroflot camino de Yerevan.
Pero cuando esperabais que mi vida se convirtiese en una novela de Carré, tengo que desilusionaros confensando que las nueve horas que estaré en Moskvá las pasaré... en el aeropuerto. Ese lugar que no es ningún lugar.
¿Razones?
1- Tendría que pagar la visa, que son como 80€.
2-Tendría que coger un taxi hasta la ciudad, con lo que corro el riesgo de ser clavado, cual mariposa disecada, por algún avezado taxista moscovita.
3-Los embotellamientos. El tráfico desde y hacia el aeropuerto se puede parar durante horas y me arriesgaría a perder el vuelo hacia Armenia.
Con lo que...me pasaré las nueve horas leyendo el segundo libro de Stieg Larsson, escribiendo, intentando conseguir wifi para chatear o viendo las pelis de la Hammer o la serie John Adams que llevo en un disco duro externo.
Nos leemos. Espero.
2 comentarios:
Das vidania tovarich... Jijiji.
Ibn Gabirol o Marco Polo a tu lado están pareciendo a colegialas.
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