Nada más entrar en el mercado de la capital de Nagorno-Karabaj un tipo bajito y renegrido me obsequia con un tapón de botella que contiene un líquido transparente. Lo hace sonriendo y en público, así que para no ser descortés, se lo acepto y me lo trago. Resulta ser un vodka extremadamente perruno. Toso y el tipo se ríe.
Farfullamos ruso un momento, reímos y sigo mi camino entre puestos de fruta y herramientas de bricolaje.
Farfullamos ruso un momento, reímos y sigo mi camino entre puestos de fruta y herramientas de bricolaje.
Algunas ancianas empiezan a recoger. Los gatos deciden marcharse, ya hay poco que pillar.
Experimento una cotidianidad alienígena.
Experimento una cotidianidad alienígena.
Hay un puesto de balones y Nick, el americano de Los Ángeles, posa con una pelota del Barça. Esto es globalización y lo demás son tonterías.
1 comentario:
Que chulo se ve el mercado! buah! me he partido de risa con lo del vodka! XD. Enhorabuena por tu blog!
Besos!
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