sábado, 11 de agosto de 2007

Y LLEGÓ LA FERIA. Holocausto calorro en Málaga 2007.

Calor sahariano. Sol ardiente. Sed estopera. ¿Que podría añadírsele a un verano de (in) justicia? Evidente: La Feria. Sí, ese evento que nadie sabe muy bien de donde viene. Todo el mundo controla el origen de la navidad y de la semana santa. Pero...¿y la feria? Da igual. Es una excusa tan válida como otra cualquiera para lanzarse a las calles malacitanas a quemar el asfalto a base de pale cream y raggatón-perreo pa los nenes-perreo pa las nenas, dale, dale, que dale... ¡Huy, huy, que me voy, que me voy!

Y luego las autoridades quieren controlar el botellón. ¡Que no me jodan! Lo importante para los políticos es, en estos momentos, que el guapo de turno menee la cadera bien en el concierto de la Plaza de Toros hasta enfervorecer al omnívoro público y que este año no se metan tanta mojailla navajera los calorros.

Cruzar cualquier calle es una batalla, que tu desodorante resista, un milagro. Quedar "a en punto", un juramento. La feria es la yihad de los agnósticos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿La feria es la yihad de los agnósticos? Jajajaja... si es q te tengo q querer aunq tú ya no me quieras. Besos desde el olvido...