Ya tengo teclado, y estoy tan contento que he decidido doblepostear hoy, que hace menos frío y puedo salir de entre los edredones, mantas y sábanas de franela de mi cama doble de uso individual.
Ayer comí en un sitio que os recomiendo, y juro por la salud de mi glande que no me han invitado a lupanar ni pagado un maravedí por mis palabras, pues surgen de lo más profundo de mis jugos gástricos de forma desinteresada.
El sitio en cuestión se llama El Mago y está en Calle Ramón Franquelo, esquina a calle Álamos.
Un sitio elegante, con buen ambiente, toque zen, la decoración minimalista y cool tan de moda en nuestros días y un trato excelente. Da gusto que te atiendan con amabilidad cuando uno ya se ha acostumbrado a que le tiren los platos en lugar de servirlos.
Probé una rica crema de calabacín con pimienta (atentos al dispensador de pimienta, eléctrico y con linterna) y luego un crepe de hojaldre, foie y pollo que se derretía en la boca. De postre, un trozo de tarta de chocolate que resultaba orgásmica. El tamaño de las raciones, muy bien. Y lo mejor, el precio. 9€ por cabeza.
Sin duda, un nuevo lugar que descubrir, degustar y disfrutar en el centro de la capital malagueña.
4 comentarios:
Qué suerte tienes de ir a sitios tan estupendos como los que relatas. Qué envidia.
Me lo apunto. Iré a probarlo fijo.
Gracias!
¡Venga Vd. a Oviedo y sabrá lo que es magia!
Eso sí: Olvídese de linternas y de orgasmos postprandiales.
Salu2
Stultifer:
¿Has visto? Y encima soy discreto.
Miss Rosenthal:
No me diga que es usted judía, y de los Rosenthal de toda la vida, que entonces la tendría que invitar al Mago o similares.
Tordon:
No me invite usted con esas alegrías, que Mr Pigman se puede poner muy alterado y darme brasa y bastos.
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