Al poco de conocerle en Gibara, Humberto Solás me preguntó que de donde era. Yo le dije que español. Él se extrañó y me dijo "no puede ser, tu tienes un acento muy caribeño".No sabía que mi madre es canaria, lo que me provoca a veces ciertos dejes isleños que el captó con solo oirme un par de veces. Y es que Humberto sabía oir y ver. Y más importante aún, sabía mirar, y eso lo demostró en su cine. Era un maestro de la mirada.
El año pasado le dábamos nuestro Premio Internacional de Cinematografía del Festival Internacional de Cortometrajes y Cine Alternativo de Benalmádena y le compañé durante unos días agradables en los que comimos, paseamos y reimos. Recuerdo que le gustó mucho mi imitación de Hugo Chavez-Cantinflas. Era fácil cogerle cariño porque se hacía querer.
Tenía planeado darle una sorpresa el próximo jueves y presentarme sin avisar en una charla que iba a dar en Córdoba, incluso hacerle alguna pregunta capciosa camuflado entre el público.
Ayer, al abrir el correo electrónico me cayó la gota fría. El día era nublado, ypreparabámos ,en la Casa de la Cultura que le acogió en la gala de entrega de premios del año pasado, el ficcab de este y la noticia me dejó sin reacción unos segundos. Tenía como siete emails con la noticia de su fallecimiento. No podía ser la broma de algún tarado, aunque uno lo desease. En la Casa de la Cultura de Benalmádena cambiaron los gestos y las sonrisas se congelaron.
Parece que Ike se llevó algo más que árboles, paredes y techos.
Humberto, dejaremos siempre una butaca de honor reservada para tí en este festival.
Tenía planeado darle una sorpresa el próximo jueves y presentarme sin avisar en una charla que iba a dar en Córdoba, incluso hacerle alguna pregunta capciosa camuflado entre el público.
Ayer, al abrir el correo electrónico me cayó la gota fría. El día era nublado, ypreparabámos ,en la Casa de la Cultura que le acogió en la gala de entrega de premios del año pasado, el ficcab de este y la noticia me dejó sin reacción unos segundos. Tenía como siete emails con la noticia de su fallecimiento. No podía ser la broma de algún tarado, aunque uno lo desease. En la Casa de la Cultura de Benalmádena cambiaron los gestos y las sonrisas se congelaron.
Parece que Ike se llevó algo más que árboles, paredes y techos.
Humberto, dejaremos siempre una butaca de honor reservada para tí en este festival.
2 comentarios:
Seguro que al igual que tu le muestras tu cariño en la despedida alguien le mostrará el suyo en su llegada.
Lo siento mucho Jaime.
Publicar un comentario