Frente al Capitolio ( del latín capitolium, una de las Siete Colinas de Roma) de La Habana. El primer en que viví la isla de nuevo.Nos tomamos una cerveza Bucanero en un bar de enfrente que hace esquina. La música gay,y el local también, pero no nos enteramos hasta que nos habíamos ido y nos lo dijeron unos amigos que nos hicieron la tourné turística por la ciudad.
En cuanto he pulsado el botón salta la madre, reconvertida en arpía "Dele un dolar a los niños". La miro muy serio con mi mejor cara de borde masticafémures y le digo "No, a mí esos truquitos no". Y se fue.
La postura es así de esforzada por la premura con la que teníamos que hacer la foto. Si tardabas mucho en hacerla, el dueño, la portera del piso tres casas más pallá o uno que pasaba por allí, te pedía un dolar, dos, o los que le diese la gana.
Y ya huyendo de La Habana, la babilonia caribeña, hacia la placidez gibareña. Esta me la hicieron en una parada que hicimos de camino, en Sancti Spiritus. Quedaban muchas horas de trayecto por delante, y muchos días de fiesta cubana.
2 comentarios:
Vaya todo bonito. Yo quiro ir. Yo voy a ir. Me van a llevar, de la mano y del pie, o para llevar las maletas. Copches, capitolios, zancudos. ¿hay tanta retentica en la retina para tanta sorpresa maravillosa?
te iba a decir que la foto ganaba mil veces más con los niñicos... hasta que he visto el nombre de la barca... M E T R O N C H O !
jajajajaja
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