Ayer fui al cine a gastarme los cuartos en otra película de superheroes, pero esta vez sobre un superhombre inusual. Y es que ya está bien de tipos austeros y espartanos, nada hedonistas estilo el amargado de Batman o el puritano Superman. ¡Nenazas!
Will Smith es Hancock, un afroamericano con superpoderes que desconoce su origen y que le da al moyate cosa mala, oiga. Le gusta más una botella que un palo a un tonto. Esto le produce cierto descontrol en el ejercicio de sus superpoderes, lo que acaba provocando serios y caros desperfectos en el mobiliario urbano, lo cual enfuerece a los contribuyentes sobremanera.
Todo esto hasta que en su miserable vida se cruza un directivo de marketing que se empeña en ayudarle, convirtiéndole en alguien de provecho para la sociedad. Todo puede cambiar en cuanto la maciza de su mujer y el musculoso alcohólico se cruzan miraditas...¿quizá tiernas?
Pues eso, divertida, original e ideal para sofocar los calores del estío, gracias a su frescura.
Todo esto hasta que en su miserable vida se cruza un directivo de marketing que se empeña en ayudarle, convirtiéndole en alguien de provecho para la sociedad. Todo puede cambiar en cuanto la maciza de su mujer y el musculoso alcohólico se cruzan miraditas...¿quizá tiernas?
Pues eso, divertida, original e ideal para sofocar los calores del estío, gracias a su frescura.
2 comentarios:
¿Gastas dineros viendo tíos fuertes? ¿Eso es un poco, medio o muy gay?
¡SALE CHARLIZE THERON!
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