martes, 9 de agosto de 2011

MI VIDA IN ENGLISH

Estoy en el baño. Quiero pegarme una ducha y agarro el bote de gel de aloe vera con el que me voy a frotar gozosamente. Esta mojado y se me resbala de las manos, acabando en el suelo.

- FUCK!- exclamo malhumorado.

¿Fuck? ¿He dicho "fuck"? ¿En inglés? No "mierda" ni "joder" ni un "mecagoenelcopón".

Me doy cuenta, como si los planetas se alineasen sobre mí para desvelarme el gran misterio de la vida, de que con la excepción de mis videoconferencias por Skype, desde diciembre del 2010 mi vida prácticamente se desarrolla en la lengua de la pérfida Albión.

Sí, estudio estonio, pero en cuando en cualquier tienda detectan mi acento o alguna declinación mal hecha, me hablan en inglés.

Con mi chica hablo en inglés, leo libros en inglés (y no aquellas historias cortas que nos hacían leer en el instituto, no, tochos de más de 500 páginas), veo las noticias en inglés, los "reality" en inglés y las películas y las series en inglés. Y lo peor es que, cuando hablo con mi hijo de un mes y tres semanas, a veces lo hago en inglés, sobre todo cuando quiero que la madre entienda lo que digo.

Lo más preocupante es que empiezo a tener problemas para recordar palabras y expresiones en español.

En un terror kafkiano, temo despertarme una mañana y descubrirme tirado en el suelo, retorciéndome transformado en un rubicundo turista británico de Bristol , Sheffield o Coventry, con calcetines en las chanclas, deseando desayunar huevos con bacon, tostada y judías...y una pinta de Guinnes calentita.


No hay comentarios: