jueves, 6 de agosto de 2009

ARRÁSTRAME AL INFIERNO

Ayer vi con unos amiguetes Drag me to Hell el último invento de Sam Raimi, esta vez acompañado al guión con su hermano, el cachondo Ivan Raimi. Pegué más botes que pegando un caliqueño con una modelo de Victorias Secret.

Sinopsis: empleada WASP de banco humilla, a pesar de su buen fondo, a una vieja gitana húngara por razones de trepada profesional. La vieja le hecha una maldición que ni la de Tutankamón que despierta a una criatura demoníaca conocida como (sic) Lamia que persigue y atormenta a sus víctimas durante tres días antes de llevárselas directamente al infierno. La rubia intentará salvar el pellejo por todos los medios posibles.

La película es una vibrante y entrenidísima escatologic-horror-opera llena de babas, gusanos, potas verdes, dentaduras postizas y demás delicatessen que son realzadas con una magistral banda sonora.

A los que temían que la película tuviese un toque Raimispidermandiano les podemos tranquilizar. No, es totalmente palomitera.

Podremos reconocer al autor que nos encandiló en su típico juego con el ojo que están donde no debería (ver El ejército de las tinieblas), su anciana hipervitaminada (ver Evil Dead II) y un humor negro de trazo grueso (ver cualquiera de su filmografía) que brilla en concreto en este film en la escena del gato. Y no la detallo, que me fusilan.

Otro hallazgo es el uso (que se queda en la frontera del abuso pero sin cruzarla) de un pañuelo activamente terrorífico. Ais, Jaime, callaté. No, no, no puedo, tenía que decirlo.

Lo único que me toca las balls no es culpa de Raimi, sino del cine yanqui en general: el tomar un mito de base europea (y tan antiguo en este caso) como el de la Lamia, una sensual mujer vampiresca adicta a los niños, y convertirlo en una sombra con forma de cabra que bla, bla, bla.

El film tiene, como los mejores exempla, un mensaje moralizante, pero no os lo cuento, hala!.

4 comentarios:

Atralla dijo...

Vaya botes y gritos que pegaba usted, Sr. Noguera (seguidos de la pertinente caracajada y de la posterior risita nerviosa). Puntazo de Raimi que se nos estaba amariconando con Spider-Man 3 y puntazo de proyección con los gritos de las "Maris": ¡¡AAAyy, que le caiga la "mardisión ar chinoooo"!! o ¡¡AAAAyyy, qué ajcoooooo!! Qué bien se lo pasaría en cabrón del Raimi grabando los planos de la vieja avalanzándose contra la cámara.
Sigo diciendo que me falta el guiño-Campbell. Pero que pechá de reir nos pegamos viéndola, sí señor. Lo más fresquito del verano. Por cierto, tengo mocos... ¿tienes un pañuelo? ;-D

Jaime Noguera dijo...

Yo es que me imagino a la vieja (oliendo a vieja, que eso no lo vemos en la peli, claro)con esas uñas hurgándose las pelotillas del culo y es que le voy a pedir el pañuelo para decorárselo de color turrón.

Campbell tenía que haber sido el medium. Igual nos enteraremos de que era él el que hacía los juegos de sombras cornudas.

Stultifer dijo...

Una compañera cercana a mi mesa de trabajo me ha comentado que le pareció un bodrio que no era ni Serie B. Habértela llevado al cine.

Jaime Noguera dijo...

Stultifer:

Tu compañera no entiende de cine B. Y seguramente, el cine que le gusta no es A, sino E.