Hoy en mi clase privada de estonio, nos hemos pasado cuatro páginas y 60 minutos hablando del clima, del tiempo y de las estaciones. He acabado hasta el moño que la calvicie me impide disfrutar. Y es que los estonios tienen palabras para definir hasta diversos tipos de nieve según su consistencia, una palabra para la tormenta de nieve otra para el aguanieve, etc.
Le he preguntado a la profe, Katre (sí, se llama como una cama mala) si de verdad esa hora invertida en esas cuatro páginas para decir "ilm on ilus" (el tiempo es bueno), "täna on soe "(hoy hace calor) y similares, valían la pena.
Y es que en España, hablar del tiempo es hablar por hablar, o hablamos del tiempo cuando estamos aburridos o para intentar romper el hielo (ja!), etc.
En cambio, ella me ha respondido " es que el clima cambia mucho en Estonia, y como la nieve y el agua hacen tanto destrozo y causan tantos problemas, pues sí, los estonios hablamos mucho del tiempo".
Camino de casa, torturado por una insidiosa llovizna primero y después por el pestazo a sudor y vodka de la última línea de asientos del autobús, he añorado la que se había convertido ya en mi visita anual a Colombia, a la cálida Cartagena, a sus islas del Rosario, a la limonada de coco y a las viejitas que venden fruta recién cortada en las esquinas.
Por un momento me he imaginado a una de esas ancianas de trajes coloridos teletransportarse al interior del atestado autobús, verse rodeada de caras ugrofinesas y de rostros eslavos. No se quien tendría mayor patatús.
¡Cómo me gustaría estar ahora disfrutando de mi calorcito español y una cervecita con ensaladilla con algún buen amigo, o del atardecer en el impresionante Parque Tairona colombiano, o de un paseo por La Habana Vieja, con sabor a ron en la boca y la camisa pegada al cuerpo!
Llegué a cada sin ganas de revisar la lección. Ahora hablaré con mi novia de la crema que le ha regalado la matrona para el culito del bebé. Mejor que hablar del tiempo...es.
Llegué a cada sin ganas de revisar la lección. Ahora hablaré con mi novia de la crema que le ha regalado la matrona para el culito del bebé. Mejor que hablar del tiempo...es.
1 comentario:
Qué penita me da cuando hablas de sufrimientos invernales mientras quedo en cas en camiseta tras haber regado unos geranios. Y mañana un día más de tranquilidad y un día menos para que llegue septiembre y tenga en la boca sabor a ron y la camisa pegada. Hablemos del tiempo.
Ah. Mis gemelos van a Martil.
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