YO QUIERO MI MOCHILA VOLADORA

El sueño de Ícaro hecho realidad a bajo coste. Una mochila voladora. Unos cohetes que te lleven a la universidad y de allí a la fiesta de la playa. Uno de esos inventos que hemos visto en multitud de films de ficción y que esperamos encontrarnos cada lunes en el Mercadona hecho realidad, pero que nunca aparece. Y menos en oferta 2x1.

Una herramienta vital para cualquier heroe (imagen del film Rocketeer, 1991), que sería sin duda todo un regocijo para el trabajador medio. Nada de aparcamientos. Ponerle combustible a la mochila y alehop. Eso sí, pensando en lo que uno ve por las carreteras...¡la que podría liarse cada mañana para ir a la oficina!

Los primeros en interesarse por las posibilidades militares del invento fueron los nazis, que desarrollaron el proyecto Himmelstürmer. La idea era que sus soldados pudiesen hacer saltos de unos 70 metros con estos cohetes propulsores, lo que les permitirían cruzar ríos, campos de minas y otros obstáculos rápidamente, llevando el concepto "guerra relámpago" a un nivel totalmente superior.

Nada tan espectacular como en un falso noticiero que aparece en la ya citada Rocketeer, pero parecido.

Afortunadamente, tras una serie de pruebas satisfactorias, no se produjo la producción en masa de este ingenio.

Para saber más pinchar aquí.

Uno de los poco usuarios de los Jet packs fue James Bond, como podemos ver en Thunderball (1965). Impulsado por peróxido de hidrógeno, el juguetito solo tenía una capacidad de 20 segundos de vuelo.

A pesar de ello, le vino a Bond de perillas para "saltar" del castillo a su Aston Martin y luego darse el piro.

Hay una compañía que ya los vende, así que si eres la ganadora del euromillón y ya te has aburrido de comprar islas privadas y Bentleys chapados en oro, pilla tu visa carbono y encárgalo en: http://www.jetpackinternational.com/