GIBARA. Un Festival de Cine Pobre... muy rico

Gibara se vuelve una feliz locura durante el festival. Se transforma por entero. La inauguración es un evento popular y memerizante con pasacalles, cánticos y aplausos a raudales. La noche se quema. Por cierto, el himno de Gibara dice "la villa blanca de los cangrejos". ¡No vi ni uno! Huyeron a mi llegada, fijo.

¡Anda! ¡Una escalera! ¡Y menuda! Ahora, desde lo alto se veía todo el pueblo y la bahía. Solo tuve que subirla un día.

El fenómeno de este año en Gibara se llama Maysel Bello (izq. en la foto), que hacía honor a su apellido y las tenía locas a ellas...y a ellos. Maysel era dulce como la melaza, hermoso como Apolo, moreno, y con esa melenita de "quien es eseee hombreeee...". Además era alto y educado. Vamos, que casi le tiro los tejos hasta yo.

Cine por todas partes. Hasta en la calle, oigan. Y al lado, la banda de reggaton cubano, que no sale, pero es que saqué la foto de día. Y la gente perreando en la esquina.

La calle más recorrida de Gibara. Llevaba al cine y a la casa de la cultura. ¡Venga parriba, venga pabajo! Era el lugar de encuentro de los invitados al festival. Hace dos años, a fuerza de baile, perdí en ella mi pasaporte.

Uno de eso traqueteantes camiones del año de la polka que circulaban o dormían por las calles gibareñas. Americanos de los años 40 y 50, rusos de la postguerra, y alguno que otro chino más moderno.

Espectáculo de la clausura. Cuerpos de baile haciendo malabares con la cadera a punto de disloque. Todo un show lleno de colorido.

Er...pasaba por allí y no pude evitar hacerme esta foto. La pared es de un bar, por cierto.

La fiesta de los CDR (Comité de la Defensa de la Revolución). El que está a mi lado es Carlos Vasquez, de la ONG Mugarik Gabe, del País Vasco, que patrocina el festival de cine pobre.

Los CDR organizan un fiestorro con niñas pitufas muy graciosas bailando salsa y flamenco, algún cómico mimo, canciones, y luego un buffet caribeño. A pesar de mis codazos, patadas y mordiscos no pillé ni una gamba. Entera, digo.

¡No, no, no se vayan todavía amigos, aun hay más!