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Otra serie que me trago por las noches es
Dexter. Este es el nombre del peculiar protagonista, un tipo que trabaja para la policía como forense en la dinámica hemoglobínica, es decir, el estudio de la sangre. Dexter Morgan, interpretado por
Michael C. Hall, es además, en sus ratos libres, un
psycho-killer, un asesino al que su padre, poli, entrenó para canalizar su ansia para hacer el bien. Hacer el bien, matando a los que hace el mal. Es decir, Dexter investiga y se carga en plan disfrutón a violadores, pederastas, traficantes, asesinos, etc, etc de los que consiguen irse de chiripa y salir sin cargos de los juicios. ¡Farruquito, Pantoja, temblad, que Dexter se lo pasa pipa! Ambientada en Miami, hace gracia ver a un yanki chapurreando
spanglish y a un puertorriqueño hablando español como el rubio de los
Morancos.
Muy interesante la relación que el protagonista mantiene con su novia, interpretada por la actriz
Julie Benz, una chica "casi tan dañada como él", víctima de abusos y violencia conyugal, que no es capaz de mantener relaciones sexuales normales, algo con lo que él, que sacia sus apetitos de formas poco formales, se encuentra comodísimo.
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