
Esta vez la operación fue manual (rrrrrrr...!) y me colocaron unas lentes de protección sobre la parte re-cortada, para protegerla de posibles roces o de un parpadeo excesivo. Afortunadamente ayer me quitaron las dichosas lentillas, que me tuvieron en vela toda la noche. De todas formas, las molestias son mínimas y el resultado merece la pena.
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