
A la musa que me mata con sal.
Libre y desnudo el músculo de su epidérmica envoltura.
Tú, como araña que araña sobre mi patética figura.
Locos los ojos que yo a mi pesar amaba.
Me torturas con sal la abierta herida.
Y yo gimo de placer, musa querida.
Reverencia ante el idiota.
Oh, idiota, todo el mundo se ríe en tu cara y mea en tu portal.
Son perros, idiota, y no entienden tu peculiar belleza, como pavos
con aires de grandeza, animales que serán asados.
Deja que te haga una humilde reverencia, retrasado.
Idiota, te apedrean los niños y escupen los jóvenes que nunca han amado.
Las mujeres te esquivan y los curas te excomulgan.
Idiota, yo veo algo en tus ojos,
algo más que la marca del cretino.
Yo veo volar una gaviota.
mmm me gusta mucho el primer poema el segundo no es de mi estilo :P
ResponderEliminarun besote
Soy la encantadora Bea. El segundo poema me ha gustado mucho. Mucho!
ResponderEliminar