
Mis genes, proteinas y enzimas se han cansado ya de darme color. Dentro de poco pareceré Fray Leopoldo Alpandeire, o Papá Pitufo. Quizá sea todo producto del stress vital por el que paso estos días. O es que me estoy dando un excusa ante el proceso inexorable de envejecer. La vida es una exploración del fenómeno irreversible de la muerte.
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