Salía de mi casa para ir a recargar el móvil a la gasolinera cuando en la puerta me encontré con esta señorita apoyada en este impresionante coche.
Se mordió el labio inferior inclinando la cabeza sugerentemente, refregó el culito contra el bermejo auto, abrió las piernas ligeramente (lo justo para matar a un macho) y con mirada profundamente lasciva me habló.
Se mordió el labio inferior inclinando la cabeza sugerentemente, refregó el culito contra el bermejo auto, abrió las piernas ligeramente (lo justo para matar a un macho) y con mirada profundamente lasciva me habló.
- Hola guapo. He oído que estás libre...¿Te montas y te monto?
Deduje inmediatamente que el coche era suyo. Luego miré a un lado y a otro en busca de las cámaras ocultas. Cuando estuve seguro le respondí.
-Verás. Sinceramente me parece usted demasiado delgada para mi gusto, no me parece guapa, la lencería que lleva me parece vulgar, las pulseras de metacrilato ya no le digo y... no me apetece. Acabo de desayunar y la verdad es que los polvos post-manduca me dejan fatal de lo mío. Además, y muy importante, con mi sueldo no puedo ni pagarle la gasolina que consume ese coche. Imagínese la ropa que usted pretende merecer para cubrirla.
Ella se subió irritada en el auto, encendió el motor y se alejó dejando colgado en el aire un:
-Tú te lo pierdes.
Cuando su presencia era solo un recuerdo y un trazo de perfume Putón Bervenoire (de Cacharel) pensé:
- Hay otra burbuja por reventar en el valor alcista del coño.
Deduje inmediatamente que el coche era suyo. Luego miré a un lado y a otro en busca de las cámaras ocultas. Cuando estuve seguro le respondí.
-Verás. Sinceramente me parece usted demasiado delgada para mi gusto, no me parece guapa, la lencería que lleva me parece vulgar, las pulseras de metacrilato ya no le digo y... no me apetece. Acabo de desayunar y la verdad es que los polvos post-manduca me dejan fatal de lo mío. Además, y muy importante, con mi sueldo no puedo ni pagarle la gasolina que consume ese coche. Imagínese la ropa que usted pretende merecer para cubrirla.
Ella se subió irritada en el auto, encendió el motor y se alejó dejando colgado en el aire un:
-Tú te lo pierdes.
Cuando su presencia era solo un recuerdo y un trazo de perfume Putón Bervenoire (de Cacharel) pensé:
- Hay otra burbuja por reventar en el valor alcista del coño.